Fuera de canon

Productora de imaginería actual, la publicidad crea mundos donde la belleza y la juventud van de la mano del glamour y la moda, instaurando así un canon ideal. Canon que el propio mecanismo satírico publicitario cuestiona, sólo para reafirmarlo después, en el siguiente spot. La sensación final sigue siendo la misma: cuerpos bellos junto a rostros bellos. Fuera de canon es una llamada de atención hacia el otro lado del espejo, hacia ese grupo que se mira sin reconocerse nunca. Hombres y mujeres entre los “curaenta-y-pocos” y los “cincuenta-y-tantos” que quieren verse atractivos, guapos y deseables, pero sin tomarse realmente en serio. Personas que desean trascender la cotidianidad a la que les somete el discurso publicitario actual. Las amas de casa no sólo sirven para ser asociadas a marcas de detergentes, o un fontanero no tiene por qué ser la imagen perfecta para un producto antical.

Algunos de ellos aparecen en su lugar de trabajo pero presentan una identidad construida, desinhibida y divertida que su día a día no les permite. Por un momento pueden ser lo que realmente desean ser: espontáneos y sexys. El lugar de trabajo remite a distintos ambientes reales: un laboratorio, una tienda de ropa, un taller, un almacén de fruta. Son el retazo de realidad adherido a su imagen y en muchos sentidos a su identidad.

Con esta serie se pretende mostrar lo que queda fuera, que muchas veces es representado sólo en la cotidianidad, nunca como ideales. Son gente normal trascendida a otro régimen, el de la imagen construida y bella de la fotografía.