El mundo de hoy está obsesionado con la protección en muchos sentidos. Urge la necesidad de proteger a los tuyos, las cosas materiales o a uno mismo. Y para ello se han creado productos de lo más variado: medicinas, seguros de vida, cuentas de ahorros, alimentos especiales. Toda una industria gira en torno a la protección y, por lo tanto, al miedo a perderla. La conclusión a la que podemos llegar es que la protección la proporciona el mercado y sólo se accede a ella a través del dinero. Pero esto tiene un “reverso perverso”: Quien tiene dinero puede vulnerar la protección del otro.
Mi propuesta pone de manifiesto esta realidad: el dinero compra mi protección pero no evita que otra voluntad con dinero intente quebrantar mi barrera.
Tras dibujar un circulo de Tiza en el suelo (la proteccion) Un hombre semi-desnudo es recubierto con plástico de embalar y papel transparente. Se sienta en una silla en el centro. En el suelo , alrededor del circulo de proteccion hay dispuestos una docena de huevos cuyo precio, 5€ la unidad, es lo que deberan pagar aquellos que deseen vulnerar la proteccion y por lo tanto, dejar al individuo DE$PROTEGIDO.
Autoría de las fotos: María José García